1er
Trabajo Final 2da Evaluación
Lo primero
fue grabar el cuento con el micrófono y tras esto añadir una música que diese
la ambientación correcta para este (Antonio Vivaldi, nisi Dominus) . También añadí
un pequeño efecto de impresión al principio del texto para darle importancia al
título. Mientras se escuchaba el texto además añadí varios efectos como el
sonido de la lluvia cayendo, un acelerón , un frenazo y un susurro.
Diego
Fernández Albert 4ªA ESO
LA HISTORIA:
Existen diferentes versiones, pero todas ellas tienen un
denominador común: una joven enfundada en un vestido blanco. Cuenta la leyenda
que un padre de familia volvía del trabajo a casa por la carretera de las
Costas del Garraf. Era una noche lluviosa, el frío empañaba el parabrisas y el
cansancio empujaba sus párpados hacia abajo. A medida que avanzaba por la
carretera, las gotas golpeaban con más violencia los cristales de su coche, que
perdía estabilidad en el serpenteante trazado del asfalto.
El hombre agudizó los sentidos y redujo la marcha. En ese mismo
instante, los faros del vehículo iluminaron la figura de una chica que,
empapada por la lluvia, esperaba inmóvil a que algún conductor se apiadara de
ella y la llevara a su destino. Sin dudarlo ni un momento, frenó en seco y la
invitó a subir. Ella aceptó de inmediato, y mientras se sentaba en el lugar del
copiloto, el chofer se fijó en su vestimenta. Llevaba un vestido blanco de
algodón arrugado y manchado de barro. Por su pelo enmarañado, parecía que
llevaba un buen rato esperando.
Reanudó el viaje y empezaron una distendida conversación en la que
la chica esquivó en varias ocasiones la historia de cómo había llegado hasta
aquel lugar. Hasta que llegó el momento idóneo. Con una voz fría y cortante, le
pidió que redujera la velocidad hasta casi detener el vehículo. “Es una curva
muy cerrada”, le advirtió. El hombre siguió su consejo y, cuando vio lo
peligroso que podría haber sido, le dio las gracias. Ella, con voz cortante y
fría, le espetó: “No me lo agradezcas, es mi misión. En esa curva me maté yo
hace más de 25 años. Era una noche como ésta.” Un escalofrío recorrió la
espalda del hombre y erizó su piel. Cuando giró la vista hacia el copiloto, la
joven ya no estaba. El asiento, sin embargo, seguía húmedo.
Esta escena se ha repetido en otros lugares de España, como en Mallorca
o Bàscara (Girona).